“Oceánidas” (Fragmentos) Poemas de Margarito Cuéllar

Margarito Cuéllar Poeta originario de Luis Potosí, México. Es director de la revista Armas y Letras y colaborador de nuestra Revista, acaba de recibir el XL Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez 2020. Compartimos en primicia una serie de fragmentos de su libro inédito "Oceánidas"
Margarito Cuéllar

Presentamos en la revista Trasdemar una selección de poemas inéditos de Margarito Cuéllar, una colaboración especial del poeta mexicano que recientemente ha sido galardonado con el XL Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez 2020


¿Qué tinta, qué linaje, raíz o filtro delinean la textura del mar?

Superficies azules, tornasol. Colonias de jade

matizan la piel extrema del agua.

MARGARITO CUÉLLAR

LAS OLAS NO TIENEN FIN, golpean la madera del barco
como bestias marinas embistiendo a su presa.
La noche sube la marea, los tripulantes leen la Biblia
y en cubierta y en los camarotes
se habla del ánimo alterado de las ondas.
Ondas mecánicas cuya bandera es libertad y cadencia
alzándose a estribor con movimientos de orquesta.
He ahí el secreto
el mar en calma, lámina de plata al atardecer.

El que dirige a los músicos decide tomar una siesta.
Todo es parte de un itinerario
nada altera el temperamento de los mares.

*
CUANDO SUBE LA MAREA
y el que dirige la orquesta alza los brazos
la paz se borra del mapa y el capitán escribe en su bitácora
con letra metálica la capacidad del viento.
La espuma sube a cubierta, alcatraz grave, charco de agua salada.
Los pasajeros duermen o rezan y el barco cabecea hacia los arrecifes
Cruje, escribe su destino, juguete de viento sermoneado por la furia del capitán.
Mareas impacientes arrojan rachas de viento poco educadas.
Por su velocidad se entiende: algún dios extravió la cordura.
Si el pavor instala su campamento en la tripulación estamos perdidos.
La marea ríe de nosotros y arroja puños líquidos de sal.
Cuando los relojes dan las seis el rostro del mar luce angélico
como novia ante la cámara de video.
*
ALEJADO DE TODO PUERTO
la forma de comunicarme es el hilo del pensamiento
hecho con actas que se disuelven y palabras no dichas.
¿Eres gaviota que sobrevuela el barco?
¿Cormorán que oye la respiración agitada de los motores?
Tu carta de navegación se escribe en otro idioma
no basta el delirio para que el amor sea un sentimiento agudo.
La evocación, figura para dar lustre al poema
no milagro con preguntas que nadie ha de contestar.

*
HE AHÍ LOS MENSAJEROS DEL OCÉANO
custodian la embarcación.
Los peces guardan su distancia azul;
sus ojillos monocordes observan a los tripulantes
que afiebrados por la falta de sueño
juegan ajedrez, toman el desayuno o cuelgan la ropa en cubierta
para que el aire haga favor de secarla.
Una tortuga agita sus aletas. Su caparazón, charco de hielo fosilizado
sale a la superficie emitiendo un brillo verde.
Por la noche una nube de delfines custodia el barco
mientras bebemos cerveza o leemos en voz alta
para mantener el equilibrio.

*
¿QUÉ TINTA, QUÉ LINAJE, raíz o filtro delinean la textura del mar?
Superficies azules, tornasol. Colonias de jade
matizan la piel extrema del agua.
Sábanas de plata, incrustaciones naranja.
Láminas de zinc se evaporan al día.
Superficies marinas pavimentadas por algas de oro
y llanuras de coral.
Darwin hastiado de mar y de pinzones;
sus huellas reescritas en la arena por tortugas del tamaño de una casa.
El chef ve televisión, el capitán habla del estado del tiempo;
yo espero a que el Pacífico se pacifique para evocarte.

*
SI EL MAR ESTUVIERA HARTO no mostraría secretos
ni hablaría en música sino en tormenta.
Leones marinos se tienden en la playa, solos o en parejas.
Las madres alimentan crías de mayor tamaño que ellas.
Vistos a distancia parecen bañistas tomando el sol.
Duermen sobre rocas volcánicas.
Los machos circulan su harem para proteger a sus hembras.
Los que pierden la pelea, viejos y cansados, observan de lejos a sus rivales:
acarician fieras cuyo misterio se revela a otros.
Así son las leyes aquí.
El perdedor es repudiado por la tribu
y la doncella se entrega a la ley del más fuerte.
El viajero guarda su cámara, abrocha el salvavidas
y aborda su vieja lancha de motor.

*
LAS ESTACIONES CABEN EN UNAS HORAS
el verano se gradúa de capitán.
Visto desde la bahía alterna su tono carmesí con el final del viaje.
Si crees que el mar es silencio
abraza el oleaje de sus noches y embriágate.
Si crees que es el mismo en todas partes ¿de qué te sirve todo esto?
¿Piensas que el mar termina en algún lado?
arrójate a su entraña, busca otra orilla.
Si crees que el mar se alimenta de cadáveres civilizados
hay razones a considerar en todo esto.
Pierdes tu tiempo en definiciones que a lo que llevan
es a negar la vocación del agua.

*
CREO EN LAS ESTACIONES DEL OCÉANO
de su respiración en círculos aprendo.
Los buscadores de spondylus morían jóvenes.
Mar o cárcel del que alzó el muro de los lamentos:
destruido de noche, de pie al amanecer.
Agua: tumba del viajero. Las barcas se estrellan
en arrecifes que emergen de islas encantadas por la neblina.
El naufragio no es privativo del mar.
La madrugada en tierra reafirma la presencia de las olas.
Lágrimas y olas son hermanas.
El flujo del sueño, similar a la secuencia del agua.

*
LA BELLEZA DEL MAR ES DIALÉCTICA y se gradúa en la ondulación.
No aplica el mismo sentido a la superficie que para interiores.
Quien diga que el mar no es bello sino sublime
ancla su barco en otra isla.
Quien diga que el mar es eterno
olvida que algunos lagos son cráteres volcánicos
que se expresaron hace millones de años.

Bello el rumor que se repite
como quien huye a la furia de un gigante.


Margarito Cuéllar. Poeta originario de Luis Potosí, México. Maestro en Artes por la UANL, donde imparte clase y se desempeña como coordinador de Actividades Literarias y director de la revista Armas y Letras. Con Las edades felices (Hiperión/ UANL) obtuvo en 2014 el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer para obra Publicada convocado por el Gobierno de Tabasco y el INBA. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca 2014-2016 y 2019-2022. Dirigió el Centro de Escritores de Nuevo León. Libros recientes: Poemas en los que nunca es de noche (Grupo Editorial Ibáñez, Bogotá, 2019); Teoría de la belleza (Instituto Sinaloense de Cultura, 2018); Las edades terrestres (gobierno de San Luis Potosí, 2016), Moléculas en movimiento vibratorio alrededor de una posición de equilibrio (gobierno de Coahuila, 2016); Poemas para formar un río (Monte Ávila Editores, Caracas, 2016). En 2019 obtuvo el Premio Hispanoamericano de Poesía Festival de la Lira, Cuenca Ecuador con el libro Teoría de la belleza.

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