“La insularidad representa para mí una manera de mirar al mundo” Beatriz Morales Fernández

La Revista Trasdemar prosigue la estela de las revistas de vanguardia, que a lo largo del siglo XX realizaron encuestas a creadores de la época para favorecer el debate y el diálogo en el panorama literario y cultural
Beatriz Morales Fernández

Presentamos en la Revista Trasdemar la entrevista con la autora Beatriz Morales Fernández a quien agradecemos su colaboración en nuestra encuesta internacional dedicada a la insularidad

El paisaje condiciona nuestras narraciones, las conduce y las adapta a nuestras intenciones. Una misma geografía posibilita muchos paisajes, ocasionando el surgimiento de multitud de estéticas, en este caso entrelazadas con la ínsula. Por eso, algunos identifican la isla y sus rasgos terrenales con el aislamiento, pero otros la simbolizan como un espacio de reencuentro o algo extraordinario, apenas descriptible. Todo depende, una vez más, de la mirada.

BEATRIZ MORALES FERNÀNDEZ

La isla como espacio de creación

¿Qué representa la insularidad para su génesis como autora? Háblenos de su experiencia creativa en el ámbito de la escritura: ¿cuáles fueron los orígenes de su proceso de producción literaria?

La insularidad representa para mí una manera de mirar al mundo. Nos nutrimos de conocimiento a partir de la observación, por lo que el espacio geográfico que caracteriza a la insularidad, es decir, los conceptos que engloban la realidad de una ínsula, sin duda han marcado las pautas con las que describo y me reconozco. La isla como espacio de creación de la que partir, enriqueciéndonos la mirada con los viajes, como le pasó a Miguel de Unamuno cuando castellanizó Fuerteventura durante su estancia, pero regresando al origen, a la forma en la que creamos por primera vez, en mi caso, la geografía de una isla como un pequeño cosmos donde se recoge el mundo.

En cuanto a los orígenes de mi producción literaria, desde niña veía a mi padre escribir en su despacho y me acercaba para ver qué estaba haciendo, llamándome la atención cómo un papel en blanco de repente era una cosa totalmente distinta, un universo propio. Lo cierto es que llevo escribiendo desde hace once años. Comencé con catorce, cuando las humanidades digitales estaban naciendo a partir de recursos online que daban cabida a nuevos tipos de creadores, en mi caso, gracias a Blogger, donde abrí mi primer blog y empecé a escribir relatos cortos. La poesía vino más tarde, con la vida, la pasión y la experiencia.


La isla como lugar de influencias

¿Cuál es su relación literaria con la experiencia de la insularidad y las influencias recibidas de la tradición o las tradiciones culturales de su lugar de origen?

Nunca hubiese podido crear si no hubiese leído previamente. La lectura es muy importante para mí, con ella comprendo y me entiendo, me embriago de imaginación y me refugio.

Mis referentes literarios, sin los cuales no hubiese podido abrirme a la palabra, son, entre otros: Rafael Romero Quesada, conocido mayoritariamente por su pseudónimo Alonso Quesada, por demostrar que la literatura puede ser un reflejo social de lo que somos, las carencias que arrastramos y la esencia que nos caracteriza como comunidad; Tomás Morales Castellano, por su manera de sentir y su senbilidad ante el entorno, destacando ese amor tan personal por el océano Atlántico; Gabriel Ga rcía Márquez, por su forma de experimentar la existencia a partir de un mundo creado por él; Julio Cortázar, por hacer rizomas con el lenguaje y evidenciar que la creación literaria es capaz de desafiar lo hasta ahora conocido, incomodándonos y fascinándonos porque no podemos controlar lo que la palabra puede generar ante nosotros, ya sea como escritores o lectores; y J.K. Rowling, ya que sin la saga de Harry Potter no hubiese tenido ese hábito lector y esa emoción por abrir un libro.

Por supuesto, he ido creciendo y desintoxicándome del canon clásico, así que no me olvido de mujeres escritoras y poetas que me han enseñado universos propios que solo con la poesía pueden concebirse: Pino Ojeda, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik o Ida Vitale.  

En cuanto a la literatura contemporánea de reciente lectura, tengo que decir que posiblemente algo ha cambiado en mi manera de escribir gracias a Roberto Bolaño, de quien siento una profunda fascinación. Su poesía, tan en el margen, y su narrativa, tan única, me permiten soñar y tener esperanza en que todos somos, al final, detectives salvajes: somos novelas andantes y poemarios íntimos. Somos pura literatura.  

Finalmente, no quiero olvidarme de escritores de la literatura canaria actual, como Alexis Ravelo o Santiago Gil, que han descubierto en mí una pasión que desconocía: analizar las relaciones que tiene el paisaje con la identidad canaria. El espacio como espejo en el que mirarse. Todo comenzó con Alonso Quesada y sigue con ellos.


La isla como proyecto cultural

¿De qué modo considera el valor de la isla o del archipiélago en su propia cosmovisión literaria? ¿Qué opina acerca de las semejanzas y los parentescos entre su lugar de origen y otros territorios insulares?

El Archipiélago canario representa, como dije anteriormente, un punto de partida para observar y mirar el mundo. Pero creo que algo interesante que se está dando últimamente es la búsqueda del diálogo entre distintos territorios con contextos históricos parecidos, véanse las relaciones entre Canarias y América, concretamente con características geográficas muy similares: Canarias y la región del Caribe. Diálogos que edifican puentes entre comunidades y permiten relecturas de escritores y escritoras que posibilitan esos encuentros.

Valoro muy positivamente las sinergias y el reconocimiento de la multiculturalidad que siempre ha caracterizado nuestra historia insular, ya que una isla también puede ser un espacio de tránsito y esa temporalidad permite enriquecimiento entre la comunidad que llega y la que vive en ella. De esta manera, rompemos con la historia única que intenta absorber las de los territorios colonizados en siglos pasados. En palabras de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie en su charla El peligro de la historia única: “en todos los espacios se repite la misma dinámica: la narración de una sola historia. Por ende, esto perjudica a todos los lugares, zonas, barrios, comunidades. Estereotipos por las historias únicas que nos han enseñado desde pequeños”. Así que releer la historia desde el mestizaje cultural puede revalorizar el concepto identidad, tanto el de un pueblo determinado como el del propio significado generalizado del término, actualizándolo a estos tiempos.


La isla como punto de referencia

En su opinión, ¿el paisaje contribuye a la formación de una estética de la insularidad? ¿Qué aspectos considera más relevantes en la mirada hacia la insularidad desde la literatura o el arte?

El paisaje contribuye a la formación de una estética de la insularidad. Segurísimo. Muchos teóricos y escritores en Canarias han tratado este asunto. Ejemplos de la descripción de esta mirada pueden ser, entre otros: Pedro García Cabrera con su ensayo El hombre en función del paisaje; Manuel Alemán con su obra Psicología del hombre canario; o Domingo Pérez Minik con su ensayo La condición humana del insular.

El paisaje condiciona nuestras narraciones, las conduce y las adapta a nuestras intenciones. Una misma geografía posibilita muchos paisajes, ocasionando el surgimiento de multitud de estéticas, en este caso entrelazadas con la ínsula. Por eso, algunos identifican la isla y sus rasgos terrenales con el aislamiento, pero otros la simbolizan como un espacio de reencuentro o algo extraordinario, apenas descriptible. Todo depende, una vez más, de la mirada. En palabras de Juan Miguel Hernández León en su obra Ser-paisaje:

El recuerdo, lo re-cordado, es una retención de lo que no existe ahora, pero que fue un ahora que se hace presente en la percepción, siempre modificado en su forma de aparecer en el horizonte activo del aquí.  La continuidad de esas retenciones es lo que podríamos también definir como un paisaje, no ya el ‘paisaje-encuadre’ de la conciencia perceptiva, sino con la condición de un objeto temporal.

Considero que la estética de la insularidad aglutina muchas estéticas dentro de sí misma. El tiempo histórico y el conocimiento del mundo que tenga el artista condicionará la interpretación del paisaje y su posterior expresión literaria.


La isla como vía a la universalidad

¿Cómo le gustaría definir la identidad insular? ¿En qué medida las diversas formas de la movilidad humana, como las migraciones o el turismo, influyen sobre la creación literaria en las islas? Desde su perspectiva, ¿qué lugar ocupan las nociones de cosmopolitismo y universalidad en la cultura insular de cara al futuro?

Me gustaría definir la identidad insular como un camino abierto, una vía en plena contrucción que se actualiza constantemente, llenándose de nuevas subjetividades y reinterpretaciones que complementan las que ya se asocian a una comunidad específica. Esa sería la acepción que más se identificaría con la sociedad que tenemos en la actualidad. Esa famosa sociedad líquida a la que aludía Zygmunt Bauman.

La literatura es un reflejo histórico del contexto en el que se gesta, por lo que la Era de la Información y el fenómeno de la globalización se evidencian en la creación literaria actual. En Canarias, por ejemplo, la narrativa contemporánea ha buscado respuestas a las preguntas que hace un siglo no se podían responder y también ha manifestado y criticado la pérdida del patrimonio natural de diversos territorios insulares, véase en novelas como La costa de los ausentes, de Santiago Gil, o La ceguera del cangrejo, de Alexis Ravelo.

Mientras, la poesía canaria metaforiza la estética de la insularidad desde una perspectiva íntima, desde la primera persona del singular más atrevida, desde la condición de mujer y desde una filosofía contemporánea de la no permanencia. Dando a conocer nuevos diálogos, nuevos lugares y nuevas voces, ignoradas hasta la fecha, experimentando con el lenguaje, volviéndose así una nueva característica de la literatura canaria actual. Por poner un caso concreto: la antología Planeta turista. Poesía reunida de David Guijosa, Samir Delgado y Acerina Cruz. En ella se resalta por medio de la palabra poética la existencia de una comunidad en los no-lugares, esos espacios turísticos que explotan el paraíso insular hasta su mayor artificialidad.

En definitiva, creo que el futuro de las letras canarias seguirá reflejando los fenómenos identitarios, es decir, sociales, linguisticos, étnicos y culturales, entre otros, de su tiempo.  Ahora todo está detenido, en una pausa latosa que debemos respetar hasta que el mundo vuelva a gritar, a coger velocidad y perfile un nuevo horizonte; pero dentro de esta quietud se está creando, se está desarrollando una literatura diferente que, próximamente, saldrá y complementará la que teníamos hasta ahora, enriqueciendo nuestro patrimonio literario y ocasionando nuevos diálogos con la sociedad que tenemos y tendremos.

Hasta entonces, que la literatura y la lectura nos acompañen siempre.


Beatriz Morales Fernández. Graduada en Lengua Española y Literaturas Hispánicas, con el Máster en Cultura Audiovisual y Literaria, y doctoranda en el Doctorado en Estudios Lingüísticos y Literarios en sus Contextos Socioculturales, todos los títulos sacados en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Ha participado en tertulias y coloquios literarios, como el coloquio “Coordenadas de la Literatura Canaria” dentro del Ciclo entre Palabras, organizado por el Gobierno de Canarias y Canarias Cultura en Red en los años 2018 y 2019.

Ha sido moderadora de mesa y ponente en distintos congresos y seminarios. Forma parte del Comité Organizador del I Congreso internacional universitario de relaciones entre Canarias y América, con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad Nacional Autónoma de México; y es la organizadora del Seminario El tratamiento de los roles y estereotipos de género en la cultura audiovisual, respaldado por la Facultad de Filología de la ULPGC en 2019. En el año 2020 ha formado parte del Comité Organizador de las Jornadas Nuevas interpretaciones artísticas y confluencia de medios en el siglo XXI, con la Facultad de Filología de la misma universidad

Ha colaborado con artículos en periódicos, como La Provincia y Canarias 7; y en revistas, como las revistas Barrio y Cultura i+d; Dragaria, revista canaria de literatura y Revista Trasdemar de literaturas insulares.

Escritora en varias antologías: Ámbitos de microficción (2011), de Anroart Ediciones; finalista en el I Certamen de Poesía “Versos en la ULPGC”, siendo autora de uno de los textos poéticos de la antología Versos en la ULPGC (2019), y poeta integrante de la obra Antología hogareña, de La Carmensita Editorial (2021). En el año 2020 se publicó su primer poemario, La premisa de la inocencia, a partir de una coedición gracias a la Fundación Mapfre Guanarteme, con motivo de las Jornadas del Día de las Letras Canarias 2020.

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