Desde la Revista Trasdemar difundimos el lanzamiento editorial del libro “Luz que se escapa” (Ediciones RIL) del autor Rafael-José Díaz (Santa Cruz de Tenerife, 1971) El volumen se presenta este viernes 1 de marzo en el espacio de la Asociación Blanco y Negro de Santa Cruz de Tenerife, a partir de las 19 horas, acompañará al autor Antonio Martín Piñero, profesor de la Universidad de La Laguna y presidente de la Sección de Literatura y Teatro del Ateneo de La Laguna.
Rafael-José Díaz (Santa Cruz de Tenerife, 1971) es poeta, ensayista y traductor. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna. Dirigió la revista Paradiso durante los años 1993 y 1994. Entre 1995 y 2000 fue lector de español en las universidades de Jena y Leipzig (Alemania). Reunió sus seis primeros libros de poemas en un volumen titulado La crepitación (2012). Después ha publicado con Pre-Textos Un sudario (2015) y Bajo los párpados de quien se aleja (2021). Es autor de cuatro entregas de su diario; de los ensayos Rutas y rituales y Al borde del abismo y más allá: Gustave Roud, Anne Perrier y Philippe Jaccottet; los libros de relatos Algunas de mis tumbas y El letargo; la novela Duérmete, cuerpo mordido y libros de prosa como Las transmisiones. Veinticuatro lugares y una carta, Y le sopla en los ojos para que vuelva a mirar o Luz que se escapa. Igualmente, ha dado a conocer numerosas traducciones de escritores de lengua francesa, alemana e italiana.
Luz que se escapa es un libro escrito en 2012 en Madrid y publicado diez años después por la editorial RIL (Chile/España). Se trata de un único párrafo de aproximadamente cien páginas en las que un narrador externo va recorriendo, sin orden aparente, momentos diversos de la experiencia vital de un personaje innominado que en muchos momentos parece una máscara del propio autor. Lo que podría leerse como una autobiografía constituye al mismo tiempo un largo poema en prosa en el que las junturas entre los instantes epifánicos constituyen una especie de túneles que nos llevan de un lugar a otro, de una época a otra, de una compañía a otra. Como si de una suerte de flujo de conciencia se tratara, Rafael-José Díaz ha escrito un libro que sus lectores podrán conectar tanto con su obra poética como con sus libros de relatos. No hay escritura, parece decirnos, sin intensidad de la vivencia, y los momentos que este libro suponen un ejercicio casi involuntario de memoria personal objetivado en el lenguaje y despersonalizado mediante el recurso del narrador externo. Al mismo tiempo, constituye un libro singular en la trayectoria de un autor que hasta el momento había centrado su escritura en los libros de poemas, los diarios, los relatos o los ensayos. Es como si en determinado momento el autor hubiera caído por un abismo que le permitiera fusionar todos estos géneros para luego emerger con este libro inclasificable, portador de una luz que se escapa a medida que la escritura se conforma y se borra, aparece y desaparece.