“Somos un pueblo en perpetua proyección” Juan Manuel García Ramos

La Revista Trasdemar prosigue la estela de las revistas de vanguardia, que a lo largo del siglo XX realizaron encuestas a creadores de la época para favorecer el debate y el diálogo en el panorama literario y cultural.

Presentamos en la Revista Trasdemar la entrevista con el autor Juan Manuel García Ramos (La Laguna, Tenerife, 1949), a quien agradecemos su colaboración en nuestra encuesta internacional dedicada a la insularidad.

1. La isla como espacio de creación. ¿Qué representa la insularidad para su génesis como autor / autora? Háblenos de su experiencia creativa en el ámbito de la escritura: ¿cuáles fueron los orígenes de su proceso de producción literaria?

Nunca la insularidad marcó mi creación literaria. Si acaso siempre viví la insularidad como un turista accidental. Me veía dentro y me veía observado desde fuera. La insularidad, sobre todo en mi novela El Inglés, la usé como extravagancia, como algo original, una manera de estar en el mundo sintiéndote nativo y extranjero al mismo tiempo.

2. La isla como lugar de influencias. ¿Cuál es su relación literaria con la experiencia de la insularidad y las influencias recibidas de la tradición o las tradiciones culturales de su lugar de origen? Mencione los referentes culturales (literarios, plásticos, musicales, cinematográficos, etc.) que han influido sobre su itinerario creativo.

He desarrollado el concepto de Atlanticidad para expresar mi experiencia  de lo insular desde mi libro Ensayos del Nuevo Mundo (1993) y lo he continuado planteando en los posteriores: Por un imaginario atlántico. Las otras crónicas (1996), Prosas atlánticas (1998), Los otros, nosotros (2001), Atlanticidad (2002) y Prosas nómadas (2004), además de en innumerables comparecencias públicas, recogidas algunas de ellas en libros colectivos, como es el caso de la colectánea de ensayos de mis compañeros del Departamento de Filología Española de la ULL: Oro y plomo en las Indias: los tornaviajes de la escritura virreinal. A la hora de elaborar nuestra propia actitud ante la cultura que nos moldea, quizá más que de «Canariedad», nosotros debamos  hablar de «Atlanticidad», pues etimológicamente esta expresión recoge el origen de nuestro pueblo, la procedencia del monte Atlas, y nuestro destino, el Atlántico. Somos un pueblo en perpetua proyección, un pueblo sensible y permeable a todo lo que circula por el océano al que pertenecemos y  que lleva y trae tradiciones culturales tan diversas en un curso y recurso incesante. Una consciencia, un temperamento general, un carácter de conjunto, en perpetua evolución y regreso respetuoso a nuestros orígenes.

3. La isla como proyecto cultural. ¿De qué modo considera el valor de la isla o del archipiélago en su propia cosmovisión literaria? ¿Qué opina acerca de las semejanzas y los parentescos entre su lugar de origen y otros territorios insulares?

Creo que en la pregunta 2 ya he respondido a todo lo que concierne a la insularidad.

4. La isla como punto de referencia. En su opinión, ¿el paisaje contribuye a la formación de una estética de la insularidad? ¿Qué aspectos considera más relevantes en la mirada hacia la insularidad desde la literatura o el arte?

Me remito a la pregunta 2.

5. La isla como vía a la universalidad. ¿Cómo le gustaría definir la identidad insular? ¿En qué medida las diversas formas de la movilidad humana, como las migraciones o el turismo, influyen sobre la creación literaria en las islas? Desde su perspectiva, ¿qué lugar ocupan las nociones de cosmopolitismo y universalidad en la cultura insular de cara al futuro?

Me remito a la pregunta 2.

Juan Manuel García Ramos, escritor y catedrático de Filología Española de la Universidad de La Laguna, es desde 2020 catedrático emérito de esa misma universidad, de la que también fue vicerrector. Ha sido consejero de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Parlamento de Canarias, actualmente sigue siendo diputado en esta legislatura 2019-2023. Desde 2002 es Miembro de la Academia Canaria de la Lengua.

Tiene publicadas seis novelas, Bumerán (dos ediciones, ambas en 1974)), Malaquita (dos ediciones, 1980 y 1991), El Inglés. Epílogo en Tombuctú (tres ediciones, 1991, 1997 y 2010), El guanche en Venecia (dos ediciones en Artemisa Ediciones y una tercera en Baile del sol, en 2011 y 2014, respectivamente), El zahorí del Valbanera (2013)  y El delator (2021) –con las primeras de esas novelas obtuvo el Premio Benito Pérez Armas en 1980 y en 1991 el Premio al mejor libro publicado en Canarias−.

Además, ha publicado una treintena de trabajos críticos donde prevalecen sus preocupaciones por la literatura hispanoamericana contemporánea y por autores como Colón y sus primeras impresiones del Nuevo Mundo, José Eustasio Rivera, Onetti, Borges, Neruda, García Márquez o Manuel Puig, a los que se suman sus estudios y proyectos de investigación y editoriales sobre lo que él mismo ha definido como la Atlanticidad, esa comarca cultural oceánica donde dialogan pueblos y culturas de distinto origen. Con su libro Por un imaginario atlántico, prologado por don Antonio Rumeu de Armas, obtuvo el Premio «6 de Septiembre» de Investigaciones Americanistas, en su edición de 1995, convocado por el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. En la actualidad codirige la colección institucional «Biblioteca Atlántica».

Por la fundación y dirección de la Biblioteca Básica Canaria le fue concedido en México, en 1997, el Premio Internacional «José Vasconcelos». En 2006 obtuvo el Premio Canarias de Literatura, el máximo galardón de las letras insulares, por el conjunto de su trayectoria creativa, crítica y docente.

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