“Da que pensar. Textos y pretextos para una antología (1987-2020)” Entrevista a Víctor Álamo de la Rosa. Por María Nieves Pérez Cejas

Presentamos en la revista Trasdemar una entrevista al escritor Víctor Álamo de la Rosa (Santa Cruz de Tenerife, 1969) a propósito del libro “Da que pensar” (Mercurio, 2020) recientemente publicado con una selección antológica de su obra periodística, realizada por los filólogos María Nieves Pérez Cejas y Victoriano Santana Sanjurjo

Urge reivindicar el papel humanista de los intelectuales en este mundo del siglo XXI. Así que mi respuesta es, al mismo tiempo, una añoranza y una necesidad

VÌCTOR ÀLAMO DE LA ROSA

“Da que pensar. Textos y pretextos para una antología (1987-2020)” es el último título del escritor Víctor Álamo de la Rosa. Este volumen reúne, por primera vez, parte de su trayectoria periodística. A través de ciento cuatro artículos en los que se abordan los más variados temas, el hasta ahora reconocido escritor canario, nos invita a recorrer treinta y tres años de periodismo. Crítica, reflexión pero, también, literatura, se aúnan en esta obra que revitaliza la importancia para la sociedad de la voz de sus intelectuales


Entrevista a Víctor Álamo de la Rosa. Por María Nieves Pérez Cejas

Víctor Álamo de la Rosa es uno de los nombres de referencia de la Literatura canaria contemporánea. Desde que en 1994 publicara su primera novela El humilladero hasta su última obra de ficción La ternura del caníbal (2020), nueve novelas, cinco poemarios, dos libros de relatos y tres incursiones en la literatura infantil y juvenil completan la trayectoria de este escritor consagrado por múltiples premios y numerosas traducciones. Sin embargo, esta es la primera vez que un libro reúne su labor periodística y ensayística, desperdigada durante los últimos treinta años en periódicos y revistas canarias, nacionales e internacionales.


Mercurio es el nombre de la editorial causante de que este volumen, elaborado junto a mi compañero filólogo Victoriano Santana Sanjurjo, ponga de relieve esta faceta hasta ahora desconocida del autor, ampliando su figura y dotando a toda su obra de una nueva dimensión.

-Da que pensar. Textos y pretextos para una antología (1987-2020). Nuevo libro y “novedosa” publicación en tanto que se aleja de la narrativa para ofrecernos su palabra crítica de periodista. Cuéntenos qué es este libro y por qué pretende dar que pensar al lector.

Este libro ofrece un resumen de mi trabajo como periodista a lo largo de más de treinta años. Es cierto que, incluso estos últimos años, he colaborado de forma más o menos esporádica con algún artículo para revistas y periódicos, pero también es verdad que, hasta que no vi reunidos mis artículos y ensayos en un primer borrador de este libro, no he sido consciente de todo lo que había escrito hasta la actualidad y de que estos textos periodísticos eran también un trabajo de creación que debía ofrecerse al lector. Eso es Da que pensar, un libro que aúna instantes, fragmentos vitales, experiencias regidas siempre por la premura a la que está sometida el oficio del periodista pero que, al mismo tiempo y a pesar de la urgencia de la escritura, constituyen un corpus de ideas que invitan al diálogo y a la reflexión porque critican muchos de los aspectos que afectan a una sociedad y que la definen como tal. A pesar del tiempo transcurrido desde la escritura de algunos de los artículos que se incluyen, la crítica es actual porque las preocupaciones son las mismas, porque hay características importantes que definen nuestra realidad que deberían haber cambiado y no lo han hecho. Es por eso que este libro pretende “dar que pensar”, porque cualquier lector mínimamente comprometido con su realidad no va a quedar indiferente.

-Sobre literatura, Sobre escritores, Sobre las artes, Sobre El Hierro y Textos del margen dan título a las diferentes secciones que conforman el libro que, además, incluye un índice onomástico en el que aparece un gran número de personalidades de lo más dispares.

Cierto. Es que treinta años dan para mucho y, como te decía antes, es ahora que soy consciente de ese paso del tiempo y de cómo la escritura se ha convertido, sin yo darme cuenta, en un reflejo importante de las experiencias y de las relaciones que he mantenido a lo largo de mi vida.


El libro se abre con una sección dedicada a la literatura y a los escritores porque, por supuesto, no podía ser de otra manera. La literatura está conmigo desde mi juventud y aquí continúa acompañándome. Por eso hablo de libros, de poesía, de Literatura canaria y de nombres que fueron también maestros y amigos como Rafael Arozarena, Isaac de Vega, Luis Feria, Ángel Sánchez y muchos otros. Pero también hablo de otras muchas cosas que me interesan y me apasionan, como la música, el cine, la pintura, la fotografía, la política… En fin, que hablo de todo lo que me gusta y de lo que no me gusta y es esa variedad y, sobre todo, la actualidad de algunos de los temas que se abordan, lo que hace interesante este volumen.

-Y de motos…

Sí, también de motos porque ellas forman parte de las pasiones con las que me identifico. Me siento en la moto como cuando cojo un bolígrafo y un cuaderno (en eso sí se nota el paso de los años), y la idea que tengo en la cabeza empieza a llenar el blanco y entonces ya no puedo parar. Es la misma actitud arrebatada, el mismo delirio por la curva que por la palabra escogida, la misma pasión, en definitiva. Porque, como decía, el libro reúne fragmentos vitales, trozos de escritura que representan lo que me hace y deshace como persona. Todo eso está en este libro.

-¿Cuánto hay de escritor y cuánto de periodista en esta obra?

No hay posibilidad alguna de deslindar al escritor del periodista y a la inversa. Mi afán por el lenguaje siempre está porque es una característica de mi escritura y, como tal, está siempre presente, independientemente de la naturaleza de la obra. En este caso, en mis artículos hay siempre un claro juego entre lo que se quiere decir y la manera en la que se dice, entre lo que pienso y la forma en que lo expreso, un rifirrafe literario en el que el contenido parece luchar contra el aspecto lúdico y poético del lenguaje. Pero la crítica es constante y, a pesar de que siempre hay un trabajo lingüístico, lo que prevalece en estos textos periodísticos es la intención, la reflexión sobre todo aquello que me rodea y que merece ser objeto de crítica.

-Esta voz crítica cuyo eco resuena a lo largo de todo este libro parece reivindicar el papel de los intelectuales en la sociedad. ¿Es un eco lejano, un deseo, una añoranza, una necesidad…?

Yo hablaría más que de intelectuales, de pensadores. Creo que la cultura es algo vital para una sociedad y este hecho parece haberse olvidado, más aún, en estos momentos en los que un virus ha paralizado nuestras vidas, de forma que la cultura casi que no tiene cabida. En estos tiempos de internet y de urgencias, debemos pararnos a pensar que la cultura la construimos entre todos y que en esta creación los escritores, los periodistas, representamos una voz que, al menos, debería escucharse o leerse.


Hubo un tiempo en el que la figura del pensador era importante, un faro que podía guiar o, también, desorientar, pero que era una luz de referencia que permitía la reflexión, el hecho de pararse a pensar antes de hablar, la importancia de contrastar, de dialogar. Todo ello parece haberse olvidado y si nos olvidamos de la cultura, lo que somos se deshace. Urge reivindicar el papel humanista de los intelectuales en este mundo del siglo XXI. Así que mi respuesta es, al mismo tiempo, una añoranza y una necesidad.

-Sin embargo, nunca consideró conformar un libro con sus ensayos y artículos y eso que desde muy joven se dedicó al periodismo…

Exactamente. Empecé a escribir y a publicar a partir de 1987 y hasta hoy no he parado de hacerlo. Escribía ante la hoja en blanco sin la preocupación por tener que ajustar lo que hacía en alguno de los géneros literarios. Por eso, desde el principio escribí de todo: poesía, relatos cortos, novelas y artículos y entrevistas para la prensa. Me gustaba escribir, más allá de que pudiera o no tener un propósito claro con la escritura. Es verdad que mis primeros artículos respondían a un afán desmedido por el tratamiento del lenguaje, tal y como reflejan los artículos dedicados a Félix Francisco Casanova, o los que llevan por título “Fetasa, revista de arte y literatura”, “Alberto Pizarro, un eslabón desconocido” o “Desfile otoñal de los obispos licenciosos”, entre otros. Todos ellos sobre literatura y todos ellos introducidos con citas literarias, no en vano estudiaba los primeros años de la carrera de Filología Hispánica, por lo que el periodismo era una excusa para hablar de literatura y viceversa. Eso fue al principio. Después, me fui afianzando como periodista al dedicarme de lleno a esta profesión, trabajando y colaborando con la mayoría de los medios de comunicación de Canarias, desde los periódicos, agencias, radios y revistas a la propia televisión, donde llegué a tener mi propio programa de cultura, Desvelados, emitido en Televisión Canaria en 2006. A pesar de todo ello, o tal vez, a causa de esta trayectoria, nunca se me pasó por la cabeza publicar un libro con mis ensayos y artículos. El periodismo era mi profesión y lo que me daba de comer. Mi Obra, así en mayúsculas, era otra cosa: mi creación literaria, mis libros concebidos como tales, es decir, mis novelas y poemarios. Nunca fui consciente de que con el transcurrir del tiempo y el acopio de tanto material escrito, había estado dibujando un pensamiento y, sobre todo, había estado “escribiendo” otra obra con tintes ensayísticos.

-Y ahora que Da que pensar existe, ¿qué diálogo establece esta obra con su Obra en mayúscula, tal y como la ha denominado?

Da que pensar es un regalo, un regalo para mí como autor y para todos los lectores de mi literatura, pues este libro pone en sus manos textos que establecen una dialéctica con mi Obra en mayúscula, con mi obra literaria. Se trata de artículos y ensayos que contienen todo lo que he podido aportar a la historia de nuestra cultura a lo largo de estos treinta y tres años de trabajo. Por tanto, la importancia de esta obra reside en que forma parte de mi propia poética, que se ha ido construyendo con todos estos vasos comunicantes, arterias en realidad de un solo cuerpo.


Víctor Álamo de la Rosa (Santa Cruz de Tenerife,1969) novelista y poeta de una extensa obra literaria. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna.

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