Presentamos en la Revista Trasdemar nuestro reportaje especial sobre el homenaje al poeta Justo Jorge Padrón (1943-2021) celebrado en la Biblioteca Insular de Gran Canaria con la participación de los autores Luis León Barrero, Rosario Valcárcel y Maximiano Trapero, así como la presentación a cargo de María José Godoy Bellas y la actuación musical de Luis Fajardo. Compartimos la actualidad literaria de Canarias en nuestras secciones de narrativa, poesía, ensayo, entrevistas y reseñas con texto y foto de nuestra redactora Beatriz Morales Fernández desde la isla de Gran Canaria
Beatriz Morales Fernández / Las Palmas de Gran Canaria
¿Puede un poeta ser eterno en el verso más humano: el recuerdo admirado? Sin duda, el miércoles 17 de enero de 2024 nos acercamos a esa intensidad debido al entrañable y sentido encuentro literario “Homenaje a Justo Jorge Padrón, poeta” en la Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria.
Organizado por el proyecto Encuentros con el autor, dinamizado por María José Godoy Bellas y con una presencialidad cultural de más de ocho años; y con las gestiones e intervenciones de Rosario Valcárcel, como maestra de ceremonias; el cariño personal de Luis León Barreto y la conferencia del catedrático de Filología Española, Maximiano Trapero, admirar a Justo Jorge Padrón desde el recuerdo y el hallazgo se sintió fácil.
Un acto dividido en cinco bloques, que se fueron alternando para visibilizar y disfrutar de los versos del poeta homenajeado, y con una base de confidencias literarias y amor comunitario. En palabras de Rosario Valcárcel: “el principal objetivo de este encuentro es darlo a conocer a los jóvenes”, que puedan disfrutar de su talento, algo desconocido hasta que hoy, rodeados de ternura y literatura, se dignificó su talento único.
Pero, ¿quién fue Justo Jorge Padrón? Para catar al poeta, debemos adentrarnos en el engranaje de una velada imborrable, la cual comenzó con música, como debe ser cuando disfrutas de la poesía, en voz del cantautor Luis Fajardo, quien musicalizó un poema del autor: “El cansancio”, en palabras del artista: “me transmitió dureza e impacto”.
Tras este plácido inicio, las palabras certeras, precisas y cargadas de profundidad estética por parte del profesor Maximiano Trapero hicieron que todo aquel que no hubiese leído al poeta, quisiese ir a una librería a comprarse un ejemplar y adentrarse en su mundo lírico. Con el título La poesía épica de Justo Jorge Padrón, Trapero realizó una conferencia donde destacó la esencia universal del autor, quien no tiene “ni tiempo ni espacio”; además, refleja una “perfecta cosmogonía del hombre contemporáneo”, lo que conlleva a que haya sido traducido a más de cuarenta y cuatro idiomas.
Trapero quiso centrarse en una parte de la obra del escritor: la saga Hespérida. Dividida en cuatro poemarios, buscó realzar como a través de estas obras escritas en distintos tiempos la historia, la narrativa, se fusiona con una perenne función poética para hacerla asequible y embellecer así la herencia del discurso histórico. La primera de las cuatro entregas, Hespérida. Canto universal de las Islas Canarias (2005), alude a que el Archipiélago canario tiene una geografía única y desafiante, siendo así un territorio mitificado, de ahí el famoso mito de Las Hespérides, por lo que nos conduce a los lectores a intuir que hay un juego de palabras entre esta idealización de una leyenda con el título de las obras tituladas así. Cabe destacar que Maximiano Trapero fue el prologuista de la última entrega: Hespérida IV. Soliloquio de Carlos V en Yuste (2023), a pesar de que Justo Jorge Padrón había fallecido dos años antes, en el año 2021. De esta última entrega, el conferenciante destacó lo siguiente: “la minuciosidad y base documental única de Justo en esta obra es inmensa, comparada con las gestas renacentistas que se dedicaron en su momento a la magnificencia del ‘César’ Carlos I de España y V de Alemania”. Destaca el inmenso canto de la obra hacia el poder y la renuncia del mismo, haciendo especial énfasis en la hermosura de los versos que evidencian el profundo amor que tuvo este monarca hacia su esposa, Isabel de Portugal.
Tras esta maravillosa conferencia, Luis León Barreto habló de la vida compartida con Justo Jorge Padrón, centrada en los años 6o en Barcelona, con recuerdos y memorias de “melancolía y euforia”. Barreto añade que siempre fue un escritor nostálgico de su espacio natal, en especial del sol y del mar, pues estaba establecido en Madrid, pero que fue un escritor admirado en Hispanoamérica, reflejado en las giras que hacía por todos esos países; y en Europa del Este. Por su parte, Rosario Valcárcel reflejó que este inmenso escritor “simboliza la fuerza de la creación” y provoca que, al leerlo, “habitemos el poema”. Un poeta que profundizó en conceptos como el vacío, la melancolía o la inexistencia, como su verso: “solo muere la mano”; y que a pesar de todo, siempre tuvo amor por el que estar agradecido, como su verso destinado a su esposa, Cleo, quien para él era “el sueño de la vida”. El mar, espacio constante en su imaginario poético, era como un “gran abrazo azul”, y por todo esto, como expresa Valcárcel: “tenía un deseo de eternidad”. Eterno será, seguro, tras esta profundidad emocional acontecida hoy y con una sala a rebosar, sin sillas que satisfacer para todos los asistentes que, de más, por cuestiones de aforo, se quedaron disfrutando de pie.
Un escritor que es Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria y Premio Canarias de Literatura, el cual también fue recordado por su mujer, Cleo, quien destacó que él siempre “vivió por y para la poesía”; por Pepa Aurora y por María del Carmen Reina Jiménez. Todos estos sentimientos y recuerdos que envolvían la figura del artista en una personalidad atrayente y poéticamente sublime, se fueron alternando con un recital poético donde escritores y escritoras de Canarias pusieron los versos de Justo Jorge Padrón en sus labios, decorando las paredes de la biblioteca con estrofas sensibles a través de sus voces: Zulia García Parra, Lola May, Antonio Arroyo Silva, Irma Ariola, Ana Sendero, Olivia Falcón, Josefa Molina, Teca Barreiro, Ina Molina, Isabel Santervaz y Osvaldo Cipriani.
Como colofón final, mediante un vídeo las palabras de Justo Jorge Padrón, leyendo su poema “Frenesí de la vida”, introdujeron el cierre, casi como una paradoja: de nuevo la voz de Luis Fajardo enterneció la sala con la musicalización del poema “El último amor”.
Y, aunque sea el último, para muchos de nosotros, los asistentes o lectores empedernidos, ha sido el primero con este escritor. Esta última canción refleja que este era un maestro lírico, de mirada sensible, que fue recordado durante el encuentro con el canto pausado e instrumental de sus propios poemas, evidenciando su vínculo íntimo con la etimología del concepto por el que dedicó, profesional y emocionalmente su vida: la lírica.