Desde la Revista Trasdemar presentamos una selección de poemas del autor Daniel Pommers (Daniel Márquez Rivera) (Ceiba, Puerto Rico, 1985) Estudió bachillerato en Sociología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y en el Programa de Maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce. Es autor del libro El esqueleto presenta (Río Piedras. Editorial Bacanal, 2009); Que así sea: Poemas 2005-2011 (Trujillo Alto. Gato Malo Editores, 2013) y Libro de la suerte (Trujillo Alto. Gato Malo Editores, 2020). Asimismo, ha colaborado en revistas y periódicos nacionales como la Revista Bacanal (varios volúmenes), La Polis, Hotel Abismo (volumen #6), Periódico El Rehén, TeknoKultura, Letras Salvajes, Revista Digital Voces Subversivas. Actualmente forma parte de Generación del Atardecer Presenta y es presidente de la editorial independiente Gato Malo Editores
Luna llena en octubre: ritual de iniciación Mi cuerpo busca el mar Como el mar se ha abierto durante todos los tiempos Y busca dentro de cada semilla, En la misma bota de arena El reflejo y el estupor De una vida que entra En la oleada y en el pensar Libre de la alborada Mi cuerpo busca el mar Como busca mi cuerpo tus besos Y busca cada madrugada acercarse un poco más al Cuerpo doliente pero vivo de la noche Cuando ese cuerpo revienta entre las paredes Y las sombras Que se vierten en la pintura del local En las hojas abiertas En los estómagos que viven Mi cuerpo busca el mar Como también se abre una marejada en el infinito Como también yo busco estas sonámbulas horas Cuando el vino y el cigarrillo Cuando Dios y cuando la virgen Cuando entonces los hijos pardos de la madrugada Se alejan Y dejan quietas Todas las pesadillas Mi cuerpo busca el mar y en esta noche soy libre Libre Libre libre libre libre. CONFIGURACIÓN DE LAS MAÑANAS El cielo abre sus ojos abismales. Me siento en una alfombra y miro el azul, los blancos y neutros colores de la luna, las estrellas con su añejo vivo y dulce eco, la eternidad de un saludo, la mirada en secreto de las hojas cuando el sonido misterioso de la humanidad se promete libertades y maullidos en código; y el autor de los sueños regresa cada vez que somos una campanada de bocas en la piel, destruyendo los miedos, solo los amantes de la noche me entienden. A veces soy un ser que irradia luz, luz, esta luz de los tiempos, esta luz que se compromete a vivir en El Señorial. Las horas son farolas, las horas y en las horas de nuestras muertes, enteras son las horas y los segundos son un capricornio en este mundo. Somos obsequios del lumbral portentoso de los amaneceres. Se abren las nubes y solo miro vida y truenos verdes en la tempestad. Fue así el comerse la putrefacción de tus lenguas, el meterme en el odio irremediable de regiones desérticas como antes en África y en la novedad de los mares nuevos y en el pórtico, y en el Caribe; donde toda la numen de los astros se hizo ave purísima y concebida sin pecado; donde los lobos llegan a comer de nosotros, cuando soñamos; en cuanto a la totalidad del tiempo hay un temblor que mira, que me absorbe. Tanta sangre se perdió en la batalla de Dios contra los ángeles libertos, aun cuando las estrellas de las mañanas y los fríos de pensarte en otro mundo son luces insólitas; son luceros y madres de la contrariedad. Nosotros en gloria del espíritu // instrumentos del planeta uno nosotros volamos libres con los minutos. El diluvio se rompe en mil canciones. Así el sonido de los torbellinos en mis sueños es hoja mojada es hija de mi amabilidad. EL MISTERIO DE UNA ESTRELLA Una luz visita mis sueños y me inicia en sus colores, en la historia de los universos y su conexión interestelar; abre los libros que guardo frescos en la pared, me busca en el infinito de las hojas verdes y en el calor y el verano. Cuando me descubre libre, soy libre nuevamente en la maleza en la profundidad del océano en el municipio de la amistad, en el hálito de mi sangre y regresa en mil dimensiones a Magonia, tal vez regresa a un meteoro que me conoce desnudo y haciéndote el amor en el prisma de las Bermudas, en el Paraíso, en este segundo que quizás me conoce y que es caverna y amanecer; así la luz es eterna fugitiva, como los primeros seres que habitaron la creación. La iniciación ya no pide sangre pero grita toda su brillantez. Conversa con la luna, y la luna que sabe a uva es nuestra luna. La luna se mira siempre como una garganta, como una voz eterna.
Uno de los poetas jóvenes de nuestra isla, Puerto Rico. Nuestra Isla promete en cuanto Literatura se refiere. Seguiremos.
Mi querido primo, siempre inspirador.
Danny. Siempre profundo de espîritu y corazón visionario de remoto tiempo. Es un un corazón valiente, simple que que sabe cómo decirnos que se siente cuando se es libre. Y se ama. Te felicito.
Muchas gracias por sus palabras, un abrazo gigantesco.