“Perdonen que hoy no esté jovial” Poemas de María Teresa de Vega

El Gobierno de Canarias, a través de la Viceconsejería de Cultura, celebra por cuarto año el Día de las Escritoras reconociendo la trayectoria de María Teresa de Vega, autora versada en poesía y prosa, a quien se le hará entrega de un diploma de reconocimiento el próximo lunes 18 de octubre
Fotografía cortesía de la autora para Trasdemar

Desde la Revista Trasdemar presentamos una muestra poética de la autora María Teresa de Vega, poeta y narradora, Licenciada en Filología Románica, ha sido profesora de Lengua y Literatura en centros de enseñanza de Tenerife y Madrid. Entre su obra poética, se encuentra los títulos Perdonen que hoy no esté jovial (2001),
Cerca de lo lejano (2006), Mar cifrado (2009), y Necesidad de Orfeo (2015) Compartimos una selección de poemas escogidos de su primer libro en nuestra sección “Una habitación propia”


tierna

caligrafía ensayaba en el viento

los latidos que esperan

MARÍA TERESA DE VEGA

NO HAY MANERA

Si esto es así, que los dioses nos contemplan huraños,
que a veces esperan cierto tiempo antes de contemplarte sombra
y dejan que infiltren lentamente locura las sirenas,
que lejos del barro los cuerpos se hagan
de seda y ébano, de vidrio azul y gemas negras,
si esto es así, ¿por qué inventaste la palabra,
tú, obsecuente, aduladora? La oportunidad está siempre ahí
para el desastre. Y nada de lo que has nombrado
lisonjera vendrá en tu ayuda. Con cuánta pasión y música
los nombraste, palmera, alcaraván, cebra, colina,
álamos, arena. Inclinada ante ellos como ante un joven,
o una joven, adorando su soberbia representación
de hermosura, los rizos en que estalla la savia juvenil.
Asombrosas espigas, tibio sol, algo te llevó hacia ellos
y te dijo, es la vida. Pero vive lejos. suenan sus pasos,
lejos, lejos. Se te hace imposible lo posible.
Una armonía lejana parpadea como estrella de cada tarde
que infinitas puestas de sol jamás pondrán en la mano
con que inciensas.


DE NECESIDAD

Alegremente decidimos morir poco a poco,
agredidos por cada fría mañana encantadora.

Esa es la ley, que acatamos con ciega rebeldía.

La sella el arco iris con pavoneo de ave regia
cuando se muestra

y la consagran, como los obeliscos,
los esbeltos seres que provocan insomnio.

Sostienen el empaque de los fenómenos, pugnan
para que no sucumban, asfódelos y otros seres
de nombres maravillosos:

frecuentan las orillas de tus ojos oscuros,
lacustre hogar de las quimeras y el asombro.


COMENTARIO ZOOLÓGICO

Y el animal que llevo dentro no me ha dejado nunca ser feliz
Battiato

El animal que llevo dentro
se alegra hasta el ridículo, salta,
hasta arañar puede el azul de faldellines seráficos.

O rascar su torso puede
contra los dragos, la araucaria, y árboles ateridos
de los acantilados,
y desprender así, el recuerdo de sus naufragios.

Pues recuerdos persisten adheridos a su pelaje
torvo: no es el insecto que visita la flor con anuencia
de todos, es este un animal extraño, al que avergüenza
lo que llora: en la Hélade en ruinas, la ruina de un patio.


PANORAMA

Fíjate en los bosques de pinos
tras la playa de infinitas resacas.

Es un extraño final de mundo,
en lienzo inmortal expuesto. También el arbolillo verde
sobre la curva de la montaña. Nadie lo oye.

Allí todo dibujado.
Las nubes se espesan muy lejos. Hace siglos.
En cuado sumamente conseguido, el viento
mueve la cortina, ese viento tan esencial,
tan metafísico.

No partiremos ya hacia mañana.
Aunque hablen de mares de dulzura bajo el lucernario
que alumbra cabelleras.

Busquemos en la filosofía el consuelo.


UNA RESPUESTA

Los libros no son aves cetreras
raptoras de la luz que se hace cada día.
Y te la ofrezcan cual animalillo tierno.

Hay que navegar jornadas, pasar por campos
de maíz, de alfalfa, de cebada,
sin que tú, desleal, por mucho tiempo sigas,
mascarón de proa,
en la proa del barco como muerta.


TRAMPA PARA PÁJAROS

Despierto corazón
que mira como rey el oleaje, las carreras en el cielo
de los cirros, y escucha el viento en los barrancos
y su jadeo en la escalada de los riscos.
Solicitado corazón, ya ves, solicitado, en lengua
familiar por la pasión del mundo

Y si solo fuera trampa para pájaros,
cepo en que se enredan sus vistosas alas,
si nada los llamara, nos llamara,
los vimos llegar, empujados por el viento,
navegando entre la nubes
(columnas del ejército del viento
en fascinante formación flechaban)
y vimos su aterrizaje leve sobre las finas patas.
Aurora triunfaba con su ruido blanco. Lucía,
a plena luz, el botón de flor.
De la quimera, el delicado capullo. Tierna
caligrafía ensayaba en el viento
los latidos que esperan.


María Teresa de Vega nació en La Laguna, en cuya universidad se licenció en
Filología Románica. A su formación, también contribuyeron unos años cursados en la
Escuela de Bellas Artes y las muchas lecturas Ha sido profesora de Lengua Española y
Literatura en centros de enseñanza de Tenerife y Madrid.
Tiene publicados cuatro poemarios, Perdonen que hoy no esté jovial (2001),
Cerca de lo lejano (2006), Mar cifrado (2009), y Necesidad de Orfeo (2015); tres libros
de relatos, Perdidos en las redes (2000), Sociedad sapiens (2005) y Cuentos excéntricos
(2919) y cuatro novelas, Niebla solar (2009), Merodeadores de orilla (2012), Divisa de
las hojas (2014) y El doble oscuro (2018).
Ha participado en varias antologías de poesía y en un libro solidario de
microrrelatos. También ha contribuido en la revista digital Dragaria con un par de
artículos de crítica literaria. Otros han salido en el suplemento cultural de La Opinión de
Tenerife.

2 comentarios

  1. […] “Perdonen que hoy no esté jovial” Poemas de María Teresa de Vega — trasdemar […]

  2. José Felipe González Pabón
    José Felipe González Pabón

    Poemas de raiz y travesía humana por recónditos de asombro delicado.

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