“Osamenta” Poemas de América Femat

Nuestra colaboradora América Femat es autora de los poemarios: “La Estación del Agua” (2020) publicado por el Congreso del Estado de Hidalgo, “Atisbo” (2019) por Letras de Barro, “Irrupción” (2018) por Cipselas Artesanal, “Muestra poética, América Femat” fascículo, en la revista chilena Mal de Ojo: Biblioteca Virtual (2016) e "Inexorable" (2015).
Christhian León Santos (Fotografía de la autora)

Desde la Revista Trasdemar, con motivo del Día de las Escritoras, presentamos una selección de poemas de la autora América Femat Viveros (México, 1984) Escritora, editora y gestora cultural. Licenciada en Medios de Información y Periodismo por el Instituto Tecnológico de
Monterrey, Maestra en Mercadotecnia por el Instituto Tecnológico Latinoamericano. Directora General del proyecto cultural y editorial Cipselas Artesanal. Incluimos la muestra literaria de nuestra colaboradora en la sección “Una habitación propia” de poesía

Un viaje es un monstruo que acaricia y comprende su lenguaje

AMÉRICA FEMAT VIVEROS

MIGRACIÓN

Debiera toda imagen ondulante en mí extinguirse,
debiera guardarse en la caracola de un vientre;
no como un castigo, sino como signo de regresión.
Guardarla, bajo la intimidad de una edad prehistórica,
casi inaccesible.
Debiera, asfixiarla bajo el silbido de algún resuello.
Tapar en un frasco vacío mi voluntad de engendrarse cósmica.

No necesito aferrarla, he dicho, ¡levántate y anda!
La hija sembrada en mi espejo no hunde esperanzas,
no promete dar riego a una tierra inexistente.

Será que el siseo del tren se ha llevado los pasajeros murmurantes.
Un viaje es un monstruo que acaricia y comprende su lenguaje.
Debiera abrirse la garganta a su cascabeleo;
no aseguro nada, estoy desnuda “le he nombrado suficiente”
Aún así; no puedo jurar, que no habrá migraciones este año.


OSAMENTA

I

En el rojo capturado, en el cuenco de una canción pasada;
era el arder de huesos esperando que el laberinto se desvaneciera.
Antes de vivir y morir, era mejor que los ojos se abrieran a su nacimiento.
Por eso digo que el nacimiento nada sabe explicar.

Al nacido le enseñan a atesorar las dudas;
nada puede responder sin las lecciones de los maestros de academia.
No obstante,
pienso en la osamenta y en su cabello como reliquia:
El cabello es un inusual posible,
sigue creciendo hasta después de muerto.

—¡No corten mi cabello!—.

Pero los hombres no saben escuchar las palabras de los muertos:

Él me partió,
me cerró los labios y los ojos,
hoy el espacio luminoso es desierto para mí;
y por más que encuentre una casa…

Él nos ha encontrado una casa, larga de jardines y corredores; luego,
no sé porqué en ella se circula, una inusual aridez de primavera.


AIRE

De mis labios surca
el ave del lenguaje.
El sendero de arena parece extinguirla.
“Entra”, dices, “no cierres los ojos”

“despliega con lumbre el aire llano”

Siempre supe que al atravesarme
estabas incendiando mi estación.


LO QUE POCO IMPORTA

Cuando tenía cierta edad que ahora no recuerdo,
porque la pared es un mal instrumento para la memoria y la mirada.
porque los árboles han botado el piso en su insistencia por permanecer de pie.

Habré de llamar a ciertas cosas como el programa favorito de mi hermano
“The Wonderful Years”.
Ahora que lo pienso; quizá, nada de esto se hubiera ocurrido;
ni los timbres y cuadros subastados
para la renta de alcantarilla.

En el umbral de los años hay muchos corazones:
cuando tenía dieciséis, tomaba de la mano
a un chico rubio de ojos azules;
sus manos manchadas de amarillo, tenían el perfume de las serpientes.
Justamente “amar y yo” es el calambur que nos separa.

Ya enterré esas manos, alguien las desprendió
borrando huellas y empujando un lamento mineral bajo tierra.
¿Mi voz?, la he olvidado. ––Hoy la visto invisible––

Las cosas que poco importan
van tejiendo con seda un traje para asfixiarnos.

Las historias sienten las presencias; los gusanos su pasadizo.
¿No habrá pérdidas; ni bajones por libros que juramos escribir?
—Algún día—
––Hoy, no sabemos––.

No basta con tener o ser de puertas;

abrirse de golpe, y llevar al otro de la mano y frente a ellas,
sin el asombro de una dádiva…

Comenzamos
las llamadas hasta tarde;
esas imprudenciales acompañaron
la estación del frío.

¡Brindo por el cuerpo perdido, por el hombre roto y sus ansias de volar!

Un viento helado se acomoda en mi hueco
como el conejo de una roída madriguera.

II

Hace tiempo me hubiera jurado a él;
pero hubiera sido en vano.
Había escuchado un abrir de puertas
hacia una estación posible.
Yo misma entraba y salía, sin el peso de su presencia,
asonada de sonidos que se rompen al nombrarse.

Tenía treinta y tantos años…
En ese momento cerré el libro que leía,
un humo de carne se tornó mi espejo.

“Como si fuese un verano importante”.

¿Ahora, dónde podré ir?
—evadiendo rentas—:
mi carro burbujea una melodía de aceite sucio;

mi casa mora su propia naturaleza primitiva;
mis muebles tienen prohibido llorar;
pero el perro tiene hambre.
El precio de la era digital esta por las nubes.

¿En verdad?, ¿son estas cosas importantes?

Pese a tu ceguera y a mi contra luz, sigues llamando;
¿Cuál es el objeto de este incendio?
Pese a todo; me consume la última película del día
¿Cuándo quebré mi espíritu y partí de mí?


América Alejandra Femat Viveros. México, 1984. Escritora, editora y gestora cultural.
Licenciada en Medios de Información y Periodismo por el Instituto Tecnológico de
Monterrey, Maestra en Mercadotecnia por el Instituto Tecnológico Latinoamericano.
Directora General del proyecto cultural y editorial Cipselas Artesanal. Becaria por parte del
Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, dentro del Programa de Estímulo a la
Creación y Desarrollo Artístico (PECDA, 2017). Ha sido distinguida como integrante de la
Mesa Directiva de la Academia Nacional e Internacional de Poesía del Estado de Hidalgo.
Es integrante del Círculo de Estudio Ante la Poesía: El Ojo de Faetón. Autora de los
poemarios: “La Estación del Agua” (2020) publicado por el Congreso del Estado de
Hidalgo, “Atisbo” (2019) por Letras de Barro, “Irrupción” (2018) por Cipselas Artesanal,
“Muestra poética, América Femat” fascículo, en la revista chilena Mal de Ojo: Biblioteca
Virtual (2016) e “Inexorable” (2015).

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