“Hospital de cigüeñas” Poemas de Rodolfo Häsler

"Hospital de cigüeñas" es una antología poética de Rodolfo Häsler. Tercer título de la colección de antologías de reconocidos y premiados poetas ‘Libros de la Hospitalidad’ de Olé Libros que ya cuenta con los autores Jenaro Talens e Isel Rivero

Desde la Revista Trasdemar presentamos una selección de poemas del libro “Hospital de cigüeñas” antología poética de Rodolfo Häsler, publicada por el sello editorial Olé Libros. Nuestro colaborador nació en 1958 en Santiago de Cuba y desde los diez años reside en Barcelona. Estudió Letras en la universidad de Lausanne, Suiza. Compartimos la muestra poética en nuestra sección “Telémaco” de literatura contemporánea

«En este libro de Rodolfo Häsler aquello que colabora y aquello que impide la escritura de poesía se trenzan en un juego que va dejando huellas en cada poema. El lujo de las creaciones de Klimt que en “Café Urania” parecería conformar un entorno ideal para el momento poético opera un efecto hipnótico en la palabra que casi estorba al poeta en el logro del poema. Las irradiaciones de ambientes y lugares no generan visiones antes bien las evocan. Destrucciones balcánicas se entrevén en los versos de “Crna Gora” y “Torre del reloj”. En la amplia evocación de “Santiago de Cuba” el poema se asoma al mundo pretérito de la infancia, al misterio del nacimiento del “lobo deseado”, y, aún más lejos, al trasiego de incógnitos baúles de antepasados cuyo destino parece haber sido sobrevivir a grandes devastaciones.»

Magdalena Chocano

Limado

CAFÉ URANIA 
 
                                                                           ver sacrum 
 
Entra al café, 
nota que todo da vueltas, 
se centra 
en un único sentido, 
la visión se abre 
y se multiplican los objetos, 
descubre 
junto a la puerta 
una esquina de mosaico Sezession, 
es un tejido dorado 
que todo lo atrapa, 
la estancia se colma  
de un soplo 
que acepta encantado, 
sobre la mesita tambaleante 
baila la taza 
cuando escribe, 
desea hacerse 
con el oro 
mencionado en otro poema, 
pero el oro mantiene su peso, 
permanece en el suelo, 
lo ve y lo valora 
y el reflejo se incrusta 
en la frente, 
quiere escribir 
apoyado en la mesita 
pero sólo logra repetir 
la palabra 
o 
r 
o. 
 
 
 
 
Se acomoda en la misma postura 
a reparar la astilla  
temblorosa, 
llega el aroma del café 
y brotan palabras lentas 
que guarda 
para descifrar 
en la noche, 
palabras oportunas, se dice, 
esquirlas de un espejo, 
sueños de días atrás 
se superponen en el cuaderno 
como panes de oro, 
en la misma mesa, 
en el fleco 
del mullido cojín  
de terciopelo magenta. 
 
 
 
Camina rodeado de violetas,  
lirios y ortigas 
hasta el café Urania 
donde retoma la escritura, 
no hay nadie 
y el oro de Klimt reluce más sordo 
a los ruegos, 
buscando en qué lengua decir, 
se esparce por el papel 
la palabra 
E 
r 
d 
é 
l 
y 
su musicalidad lo coloca 
de una sacudida 
en el tono preciso, 
el frasco de miel de tilo 
apacigua el estruendo. 
 
 
 

Un tranvía color magenta 
atraviesa de lado a lado 
el ventanal 
en dirección a la sinagoga Neóloga, 
una lona cubre la fachada 
pero deja ver su coronación, 
cuatro cebollas plateadas 
y dos estrellas, 
lo percibe desde la puerta 
al colocar el pie izquierdo 
en la tesela más alta, 
las cortinas de terciopelo 
enmarcan la taza blanca 
donde ayer falló 
el ritmo agitado del poema. 
 
 
 
La mesita continúa tambaleándose, 
las letras saltan en el cuaderno 
creando gran confusión, 
no puede abrir la caja de los truenos 
sin quedar fijado 
para siempre, 
los astros se disuelven 
en el café 
y en la noche todo se reduce 
a tres palabras. 
 
 

Una libélula esmaltada  
cae en la taza, 
dos mesas más allá 
escuchan los lamentos, 
se enreda en la espuma del capuccino 
hasta levantar el vuelo, 
así de sucia se va  
por donde entró, 
sus alas vibran 
sobre una partitura manchada. 
 
 
 
Ocupa la misma mesa, 
mientras pide la consumición 
un cisne que no le quita ojo 
hunde con saña su pico 
en el buche, 
trata así de perpetuarse 
en un blasón húngaro, 
la sangre resbala sobre las plumas, 
el espanto es mayúsculo, 
paga veloz en otra valía, 
seis billetes verdes 
quedan sobre el platillo 
y se va. 
 
 
A la segunda consumición, 
en silencio finaliza 
la lectura de Bánffy, 
se conjura la suerte, 
la última página 
resume toda la impureza, 
en un suspiro la hija del narrador 
deja un mandato en el teléfono: 
ver sacrumver sacrum, 
un ángel intenta rescatar 
el poema que se enfría en el café, 
ver sacrum. 
 
  
VERANO 
 
 
Con sal en los labios 
obedece al dictado de la piel, 
la imaginación lo tienta, 
para poderlo tocar 
alarga la mano y prueba, 
un sudor un punto ácido 
lo eleva hasta donde quiere, 
hasta donde se lo permiten, 
sin dudar acepta la fantasía, 
no se completa 
sin antes fundirse en la tarde, 
tendido a la espera 
dice que sí,  
pero no puede ofrecerse aún, 
por decir lo que sabe 
se le sala el labio, 
vomita de una tacada 
un golpe de calor, 
un chispazo de agosto 
que no se va, 
una piedra brillante 
dice: ágata azul 
debajo de la almohada, 
el zumbido del aire 
expande el canto de la cigarra, 
disecciona el escozor 
sentado en la mesa donde escribe, 
rescata varias palabras 
que fueron suyas, 
ahora son el soporte,  
pone el punto final 
y se despide 
desde el calor de la tarde.  
 
 
PLAYA DEL SOMORROSTRO 
 
 
Le complace adentrarse en el mar, 
lo hace desde niño, 
deja un surco 
buscando la luz 
de la profundidad, 
descubre una medusa y duele, 
ortiga de mar, estrella sigilosa 
en el vuelco de la ola, 
cómo avanzar sobre la superficie 
y tocar un punto remoto, 
no hay intercambio, 
desde la orilla la voz 
no es de mujer ni es de hombre, 
una lengua cantarina 
modula la expresión, 
bucea, sigue avanzando 
echándole un pulso a la corriente, 
evita el ahogo, 
la voz expande su poder, 
es una excusa, una distorsión 
que crecerá con los años, 
al bajar la luz 
hacia el fondo abisal 
descubre otra playa, 
la arena impoluta, 
el reloj detenido 
es el dedo acusador, 
un jirón de pureza 
acelera en el flanco.


Rodolfo Häsler  es autor de los libros: Poemas de arena (Editorial E.R., Barcelona, 1982), Tratado de licantropía (Editorial Endymión, Madrid, 1988), Elleife (Editorial El Bardo, Barcelona, 1993 y Editorial Polibea, Madrid, 2018, premio Aula de Poesía de Barcelona),  De la belleza del puro pensamiento (Editorial El Bardo, Barcelona, 1997, beca de la Oscar Cintas Foundation de Nueva York), Poemas de la rue de Zurich (Miguel Gómez Ediciones, Málaga, 2000), Paisaje, tiempo azul (Editorial Aldus, Ciudad de México, 2001),  Cabeza de ébano (Ediciones Igitur, Barcelona, 2007 y Ediciones El Quirófano, Guayaquil, 2014), Diario de la urraca (Huerga y Fierro Editores, Madrid, Editorial Mangos de Hacha, Ciudad de México, y Kálathos Ediciones, Caracas, 2013), Lengua de lobo (Hiperión, Madrid, 2019, XII premio internacional de poesía Claudio Rodríguez) y “Cuaderno de Beirut” (Editorial Polibea). Recientemente ha publicado “Hospital de cigüeñas” (Olé Libros, 2021)

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