Presentamos en la revista Trasdemar una muestra de poemas inéditos del autor Ernesto Suárez (Tenerife,1963) Es psicólogo social, profesor e investigador en la Universidad de La Laguna. Como poeta es autor de siete libros: El relato del cartógrafo (Ediciones La Palma. Madrid, 1997) también editado por la colección Mucuglifo en Mérida, Venezuela; Las playas -Cuadernos poéticos 1982-2002- (Editorial El baile del sol, Tenerife, 2002); La casa transparente (Colección La caja literaria, Tenerife, 2007). Spree (Cartonera Island, 2013); Rehacer el aliento (Editorial Baile del sol, Tenerife, 2016) y Arrecia (Ediciones La Palma, Madrid, 2017)
Poema 6
Se acercaba un bote pequeño a la rampa, al costado del espigón. Surgió de la oscuridad hasta la luz que se reflejaba desde los edificios cercanos al muelle. Pies al agua y los remos ya quedos, arrastran la barca fuera del agua: dos hombres todavía jóvenes. La niña que pasea los saluda por encima del muro albeado; es medianoche, pero el calor del día brota aún de las piedras y apenas corre la brisa. Uno de los marinos -tez, puede imaginarse o entreverse, bronceada y cabello clareado por el sol y la sal- se sorprende, pero alcanza a dar respuesta: hola, di que volvimos, calla que volvimos.
Poema 9
Lo de atrás: la mirada se detiene en la palmera única y al borde; el camino unos pocos metros más abajo.
En un poema se escribiría que las raíces se encuentran al borde de la mente, de la muerte.
La palmera alzada, justa, si alumbrara como luz al final del muelle o es el inicio. Al regreso si posibilidad fuese el regreso, o quien regresa fuera el ido, el huido.
Pero no.
Lo que está ahí, atrás, nunca retorna: hasta los ojos, hasta los brazos. Siquiera memoria.
Poema 11
Escamotear el silencio es mentir. Quien fue ido y lejos siempre triunfaría porque el retorno es siempre un anuncio premeditado.
Trafullo fue el hambre, el hambre muerta, el hambre afantasmada,
/ que se pegó a la piel.
Calla pues y hazte con todo el aceite, la harina, las papas, el arroz, las velas para la lumbre sin luz. Acoteja, sí, arrambla.
Que la pudridera mejor sea en casa.
Poema 13
Morderse la lengua. Con la mordida, amoratarla, amarrarla, amoldarla: que sólo masculle, musite.
¿Aquí, mejor medrar o morir?
Aunque los muros se llenaron y el nombre era siempre el mismo: Abisinia.
Ernesto Suárez (Tenerife,1963). Es psicólogo social, profesor e investigador en la Universidad de La Laguna. Dirigió la colección Atlántica de poesía para Ediciones Idea y coordinó, junto a Carlos Bruno Castañeda y Daniel Bellón, las ediciones de Cuadernos Insulares de Poesía y de La calle de la costa.
Como poeta es autor de siete libros: El relato del cartógrafo (Ediciones La Palma. Madrid, 1997. También editado por la colección Mucuglifo en Mérida, Venezuela); Las playas -Cuadernos poéticos 1982-2002- (Editorial El baile del sol, Tenerife, 2002); La casa transparente (Colección La caja literaria, Tenerife, 2007). Spree (Cartonera Island, 2013); Rehacer el aliento (Editorial Baile del sol, Tenerife, 2016) y Arrecia (Ediciones La Palma, Madrid, 2017). También participa en el libro de poemas Ruido o luz, obra en colaboración con Daniel Bellón y Carlos Bruno Castañeda (Editorial Amargord, Madrid, 2013).
Ha dirigido diferentes proyectos y festivales literarios en la isla de Tenerife En la actualidad coordina, también con Carlos Bruno Castañeda y Daniel Bellón, Cartonera Island, proyecto literario de edición digital y cartonera.
Siempre que puedo me detengo a contemplar los poemas de Ernesto Suárez. Él es como pocos «una persona verbal» lo digo por el contorno de su estilo, muy definido. La verdad me sorprende gratamente la extrañeza de sus atmósferas: precisas y tan peculiares.