“Encallar en el Egeo” Poemas de Lauren Mendinueta

Desde la Revista Trasdemar presentamos este mes de marzo una serie dedicada a creadoras y escritoras del panorama contemporáneo
Portada del libro de la autora Lauren Mendinueta

Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética de la autora Lauren Mendinueta (Barranquilla, 1977) Poeta colombiana, ensayista y traductora literaria, a quien damos la bienvenida con la publicación de una muestra de su libro “Del tiempo, un paso” (Lobo blanco editores, 2022), obra que obtuvo el Premio César Simón. Considerada una de las poetas más importantes de su generación, su poesía aborda, con rigor expresivo y profundidad conceptual, los temas de la muerte, el dolor, la soledad y el tiempo. Ha publicado once libros de poesía editados en Colombia, México, España, Italia y Portugal. En Colombia ganó tres premios nacionales de poesía, el Premio del Festival de Poesía de Medellín, y el Premio Nacional de Ensayo y Crítica de Arte del Ministerio de Cultura. Además, obtuvo en España los premios internacionales Martín García Ramos por “La vocación suspendida” y el Premio Barranquilla Capital Americana de la Cultura en 2013 por “Una visita al museo de historia natural” (2021). Actualmente reside en Lisboa, donde a la par de su escritura desarrolla una intensa labor de divulgación de la poesía latinoamericana.

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Me asomo a la ventana

que dejó entreabierta el poema.

Es triste mirar hacia atrás

y sentir sobre los hombros

el peso de lo irrepetible.

LAUREN MENDINUETA

Encallar en el Egeo

Vi mi rostro reflejado en las aguas del Egeo.
Cada rasgo con su trazo único, apenas mío,
la imagen de una exactitud inquietante.
Esos eran por fin mis ojos. Mi boca. Mi nariz.
Mis pómulos. La inclinación exacta de mi barbilla.
Así estuve atenta días y noches:
deseosa de que el reflejo intentara hablarme.
Desde entonces no importa a dónde vaya,
en ese mar me quedé yo, temblando entre rocas y olas:
muda, idéntica a la felicidad que nunca tuve.


Estuario

El agua sube.
La ballena vuelve un costado a este mundo.
Me interesa la parte suya que no veo,
la piel que ondula cual sombra y escapa.
Me interesa
lo que no pertenece a lo visible,
rayo de luz que persigo en el fondo.
Llueve,
la mente se desborda.
Me interesa esa parte de mí invisible,
la que quizás sin saber me representa,
esa que no ven los otros cuando aparezco.
¿Llegaré a una edad en la que seré
indiferente al tiempo?
¿Si perdurara en el tiempo, huiría?
¿Realmente existo
o porque no existo
busco esa otra parte y emerjo?
Llueve.
Llueve sobre la ballena pensada.

(La Habana, marzo de 2005)


Sin entender nada

La tarde se agotaba en Rodas,
abril, como toda promesa cumplida, perdía interés
y yo vi correr tus lágrimas hasta el mar.
Sin entender nada
ni tu melancolía ni la migración de las aves
ni el silbido de los barcos ni el rostro envejecido de los capitanes,
cerré los ojos.
Al volver a abrirlos, no sé si yo era distinta
o si el puerto había cambiado
pero los barco anclados embellecieron con la noche.
Tú que mirabas hacia las colinas
no viste mis lágrimas encendiendo las primeras lámparas.


Recuerdos de un pasado nada remoto

En el Egeo las islas relucen como escupitajos de dioses
y al caer la noche
chapotean como tortugas jubilosas en su Paraíso.
Toda la mala memoria no alcanzaría
para desvanecer las imágenes de aquellas islas deshabitadas
en las que sólo nosotros parecíamos interesarnos.
Así ocurrió aquel abril:
en Rodas festejamos mi cumpleaños
y yo sentía que el cuerpo me quedaba estrecho
para mis treinta años de vida.
¿Recuerdas?
En el Egeo el tiempo muere despacio
y la poesía como una virgen nos visitaba en su caballito de mar.


Ánfora griega

A simple vista un jarrón cualquiera,
algo estropeado, una oreja quebrada,
modelado con delicadeza antigua y ática.
Pero las escuetas cenizas
que ese trozo de arcilla contiene
alguna vez fueron hombre o mujer,
cuerpo que mereció el sutil artificio de volver al barro.
Ánfora fúnebre
decorada con motivos ecuestres,
perfecta metáfora del amor:
dos caballos enfrentados,
crin contra crin, en ella lloran.


Una ventana al Egeo

Me asomo a la ventana
que dejó entreabierta el poema.
Es triste mirar hacia atrás
y sentir sobre los hombros
el peso de lo irrepetible.
No volveré a cumplir treinta
en la isla griega de roca desnuda,
ni volveré a tararear
«Nunca en domingo»
aquella tarde de abril
en la que me cegaba
la rara avis de la luz egea.
La ventana terminará por clausurarse
y los días inolvidables de mi vida
quedarán otra vez
del lado que me excluye.


Libros de la autora Lauren Mendinueta

Un comentario

  1. Me gustaría contactar con esta poeta. Gracias

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