Desde la Revista Trasdemar compartimos la celebración del Premio Victorina Bridoux de las Letras que la Asociación Canaria de Escritores y Escritoras ACTE Canarias ha concedido en los últimos años como reconocimiento a la trayectoria y obra literaria de autores insulares. Entre los galardonados figuran Olga Rivero Jordán (2018), Alberto Omar Walls (2019), María Teresa de Vega Díaz (2020) y Antonio Arroyo Silva (2021)
El premio que concede cada año la Asociación Cultural Canaria de Escritores/as Acte a un autor o autora de nuestra literatura canaria por su prestigiosa trayectoria literaria se ha consolidado desde su inicio en 2018 cuando fue otorgado a la autora Olga Rivero Jordán (2018), al año siguiente el premio fue el escritor y dramaturgo Alberto Omar Walls (2019), recayendo en la autora María Teresa de Vega Díaz en 2020 y en Antonio Arroyo Silva este 2021 (de izquierda a derecha en la galería de fotografías)
El galardón literario lleva el nombre de la poeta y novelista Victorina Bridoux y Mazzini. Nació en Manchester el 9 de abril de 1835. Su padre, Carlos Honoré Bridoux y Lefebre, era un comerciante francés y, su madre, Angela Mazzini, nacida en Cádiz, era poeta y dramaturga. Su padre fallece cuando ella tenía tres años y se trasladan a Andalucía donde su madre ejerce de maestra en Gibraltar y Cádiz. Cuando arriba a Santa Cruz de Tenerife con 20 años comienza a publicar en el Noticiero de Canarias y, posteriormente, en diferentes periódicos de la época y participa en declamaciones en el teatro. Se casó en 1855 y tuvo cuatro hijos.
Falleció a los 27 años víctima de la fiebre amarilla que se declaró en Cruz de Tenerife en 1862. Dejó terminado el libro Lágrimas y flores, publicado un año después como homenaje de su marido, Gregorio Domínguez de Castro, quien se ocupó de la edición. Sus tres novelas quedaron sin terminar, aún así, salieron a la luz. El bálsamo de las penas se publicó en Madrid en 1863, Amparo y El secreto de la hermosura en Zaragoza en 1890. Los restos de Victorina Bridoux reposan en el cementerio de San Rafael y San Roque de la
capital tinerfeña, pero resulta triste que aún en su lápida no figure su nombre, sino el de su marido.
¡Yo quisiera volar, volar ligera!,
dejar montes atrás, islas, vergeles,
y divisar lejana otra ribera,
cual blondo canastillo de claveles…
Y gritar desde el mar: ¡oh, patria mía!
¡Bella sirena de nevado manto,
náyade de sin par melancolía,
oh, Cádiz de mi amor, oye mi canto!
Extracto de poema de Victoria Bridoux (1862)
Agradecemos a ACTE Canarias la nota informativa del Premio Victorina Bridoux de las Letras y felicitamos a los ganadores de las cuatro ediciones